Snob o disciplina

Toda historia tiene su principio y su final, y esta no es la excepción. El principio se remonta a los inicios de la década de los 2000 cuando en ese momento teníamos un crecimiento del PIB de tan solo 2% y los empresarios acuciosos buscaban métodos y herramientas que les permitieran mejorar sus indicadores.

Me asalta la inquietud si esos tiempos son tan diferentes a los momentos actuales, pero resolver esa inquietud no es el propósito de esta historia, así que volvamos al punto. En ese entonces yo hacía parte del equipo de trabajo de una entidad que promovía el desarrollo y transformación de las organizaciones colombianas, y tuvimos la fortuna de conocer, aprender y transmitir un gran cúmulo de conocimientos y experiencias a esos empresarios inquietos y juiciosos de la época. Como todo proceso humano, tuvimos experiencias exitosas que fueron dignas de mostrar en diferentes escenarios, así como procesos lentos y poco efectivos que por múltiples razones no dieron los frutos que se esperaba. Por supuesto fueron más las experiencias exitosas y eso nos generó un buen posicionamiento y mucho trabajo por hacer como efecto del voz a voz.

Hoy, después de muchos años de no saber de uno de esos empresarios inquietos, y por supuesto de su empresa, nos sentamos a conversar. Maravillosa herramienta, conversar!! Sí, con una taza de café y un vaso de agua transcurrió una amena conversación que inicio con compartir aspectos personales de cada uno, que fue renovando esa relación de camaradería y confianza de aquella época de principios de los 2000; para continuar como era lo esperado, compartiendo nuestro presente laboral y los puntos de encuentro en esa quehacer de hoy en día.

Que maravilla encontrar una empresa completamente renovada, que supo reinventarse ante las adversidades del mercado a las que se vio abocada hace unos cinco años, y que en lugar de recoger las velas y anclar el barco, sentó las bases del nuevo ciclo de negocio en la construcción de una estrategia clara, simple, transparente y compartida, acompañada de un compromiso de sus socios y colaboradores. Recogieron todos los aprendizajes acumulados desde aquella época, que con una gran sonrisa y un enorme orgullo, cuenta el gerente, les fueron suficientes y efectivos para tener hoy una empresa con ingresos del 400%.

Una muestra fiel de aprovechar los conocimientos, la experiencia, los métodos, las herramientas, para hacer empresa, para hacer ciudad, para hacer país. Probablemente hubiese sido más fácil conseguir un fondo de inversión interesado en el negocio, mas sacaron de su baúl todas las fuerzas para seguir haciendo empresa. Alguien se preguntará, ¿cual fue la gran fórmula para lograrlo? Simple, la aplicación efectiva de todos los conocimientos adquiridos de tiempo atrás, lo que algunos autores llaman aprendizaje. Y es ahí donde radica el título de esta historia, no hay que ir a buscar las más modernas y llamativas herramientas, que muchas veces son solo eso, para encontrar la fórmula. No hay que buscar cómo alardear del último grito de la moda en gestión, o de los múltiples anglicismos de los que se mofaba el periodista Juan Moreno en redes sociales días atrás.

Cerrando la historia y para dejar la reflexión final, ¿cuántas y cuáles de las metodologías y herramientas básicas de gestión estamos utilizando hoy de manera juiciosa y disciplinada en nuestras organizaciones? ¿Cuáles han sido simplemente moda? Cuáles fueron efectivas y las dejamos diluir en el tiempo por falta de un mantenimiento apropiado? ¿Cuáles de las herramientas que utilizamos hoy, las empleamos solo por no “quedarnos atrás”? En conclusión, estamos en un tren gerencial de snob o somos francamente disciplinados y sacamos provecho de las ventajas de métodos y herramientas probados a través de los años?

1 comentario en «Snob o disciplina»

  1. Juan, buenos días y muchas gracias por recordarme en una forma tan sencilla y amena esas transformaciones empresariales. El cómo hacerlo sigue ahí, y cada vez mejorado.

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